Las teorías y enfoques del desarrollo del niño/a, reconocen etapas o
períodos que señalan factores determinantes, ya sean éstos: biológicos,
ambientales, cualitativa y cuantitativamente; los que ocasionan cambios
en el crecimiento físico, en la maduración psico-motora, perceptiva, de
lenguaje, cognitiva y psicosocial. Todos ellos, en su globalidad,
diseñan las características de personalidad.
El niño/a a lo largo de su vida deberá: saber ser, saber hacer y saber
estar, en el mundo de las relaciones formales, que le solicitará
continuas y diversas adaptaciones y de ésta forma, podrá lograr un
espacio social activo y sano.
etapas se encadenan en sucesiones evolutivas, las que actúan,
reforzándose unas a otras, de tal forma, que las adquisiciones en
determinada conducta, pueden influir en el desarrollo de las otras. La
retroalimentación en ese circuito, favorece la incorporación de nuevas
conductas superiores a las conseguidas.
La forma de relacionarse con los objetos y con los demás, irá dejando
huellas profundas en su cuerpo real, como en su imagen corporal, las que
exteriorizará en conductas, posturas y aptitudes repletas de
significado.
El niño se enfrenta al mundo como un libro abierto. Si nos interesa conocer su mundo, no hay más que buscar la vía más adecuada que nos posibilite leer su texto.
El niño se enfrenta al mundo como un libro abierto. Si nos interesa conocer su mundo, no hay más que buscar la vía más adecuada que nos posibilite leer su texto.
Todos/todas los profesionales debemos observar que posición de salud
tiene el niño/a en el proceso de desarrollo evolutivo, su integración
corporal, emocional, afectiva, que conductas repite o estereotipa y que
situación asume al enfrentarse con nuevas experiencias, cuando amplia
sus horizontes...
Las personas que rodean al niño/a (padres y profesionales) deberán tener presente algunas referentes que se suman a cada etapa:
- Ofrecer consignas claras.
- Crear un ambiente seguro, relajado, motivador.
- Protegerle ante cualquier situación de peligro físico, psíquico o emocional.
- Seguir pautas adecuadas para la edad del niño/a en cuestión. No sobrestimularlo, ello desborda al niño/a y crea interferencias en el desarrollo evolutivo.
- Favorecer una alimentación equilibrada.
- Estimular para que aprenda con todo el cuerpo. Ponerle a su disposición toda las experiencias que sean posibles.
- Darle un sentido lúdico en cada período de su vida.
Para que se conozca el desarrollo que se lleva a cabo en los primeros años de vida de un ser humano, presentamos ésta serie, donde de manera breve y sencilla, se describen los distintos aspectos que están involucrados en la formación del niño/a.
Las edades son aproximadas, por lo que pueden variar de un caso a otro, pero un desfase importante en el tiempo o la clara deficiencia en algún aspecto, puede ser una señal de alerta, que denote algún problema o dificultad que deberá tenerse en cuenta.
- Ofrecer consignas claras.
- Crear un ambiente seguro, relajado, motivador.
- Protegerle ante cualquier situación de peligro físico, psíquico o emocional.
- Seguir pautas adecuadas para la edad del niño/a en cuestión. No sobrestimularlo, ello desborda al niño/a y crea interferencias en el desarrollo evolutivo.
- Favorecer una alimentación equilibrada.
- Estimular para que aprenda con todo el cuerpo. Ponerle a su disposición toda las experiencias que sean posibles.
- Darle un sentido lúdico en cada período de su vida.
Para que se conozca el desarrollo que se lleva a cabo en los primeros años de vida de un ser humano, presentamos ésta serie, donde de manera breve y sencilla, se describen los distintos aspectos que están involucrados en la formación del niño/a.
Las edades son aproximadas, por lo que pueden variar de un caso a otro, pero un desfase importante en el tiempo o la clara deficiencia en algún aspecto, puede ser una señal de alerta, que denote algún problema o dificultad que deberá tenerse en cuenta.
ETAPAS:
3. El niño en la edad escolar:
debemos favorecer que los niños descansen las horas adecuadas para
evitar la irritabilidad. No se les debe exigir más de lo que por sus
condiciones físicas y psíquicas puedan realizar.
Los
niños en estas edades aceptan los castigos, siempre que sean justos,
porque tienen un claro sentido de lo que está bien o mal y se sienten
muy gratificados cuando se aprueba lo que han hecho bien.
4. La preadolescencia:
se considera la etapa que comprende edades entre 9 y 11 años. El niño
de esta edad, que se siente seguro, comprendido y aceptado, es capaz de
hacer muchas tareas y tiene muchos momentos de satisfacción que le
ayudan a superar las situaciones difíciles desarrollando una agradable
relación con los adultos y compañeros. El
niño es muy sensible a las críticas y a las discusiones que puedan
existir en la familia, especialmente entre los padres. Debemos favorecer
en ellos la confianza en sí mismos ayudándoles a potenciar sus
habilidades y favoreciendo su relación en pequeños grupos. Ya que el
diálogo es fundamental en estas edades.
5. La adolescencia: abarca
entre los 12 y los 14 años, aunque, actualmente se mantiene la idea de
una adolescencia que se prolonga hasta los 20 años. El adolescente va a
mostrar unas necesidades básicas que son:
- Necesidades fisiológicas: alimentación adecuada, sueño, descanso, ejercicio.
- Necesidades de seguridad: estabilidad, libertad, ausencia de miedo, protección, orden.
- Necesidades de pertenecer a un grupo y sentirse amado.
- Necesidades de prestigio y estima.
- Necesidades de autorrealización.
- Necesidades de saber y comprender. Curiosidad, descubrimiento de nuevos horizontes.
- Necesidades estéticas.